Hoy, 12 de mayo, se conmemora el Día Internacional de la Enfermería, aunque para las profesionales del sector, según señalan, estaría mejor dicho «el día mundial de las enfermeras». Hoy hace 200 años que nacía en Florencia Florence Nightingale, considerada la fundadora de la enfermería moderna, y no es por esto ni por ser el año mundial de las enfermeras que estas están de máxima actualidad, sino por la situación de crisis sanitaria que vive el mundo desde hace varias semanas.
La OMS –Organización Mundial de la Salud– insiste en la importancia de las enfermeras en los sistemas sanitarios y recuerda a los gobiernos que la inversión en estas profesionales no solo mejora los resultados en salud, sino que también robustece las economías y favorece la igualdad de género.
Las enfermeras están presentes en multitud de ámbitos, bien acompañando a las personas o a las comunidades. Las enfermeras acompañan al ser humano desde antes del nacimiento, le reciben al nacer y estarán junto a él o ella a lo largo de toda su vida, tanto cuando enferma como cuando está sano o sana, ayudándole a mantener su salud. Hay enfermeras en escuelas, en cárceles, en residencias, en hospitales, así como trabajando en la comunidad, en instituciones o en las empresas.
Las enfermeras cuidan, curan, enseñan e investigan. También administran y ejercen puestos de alta responsabilidad en instituciones. Ejemplos de esto podrían ser Patricia Gómez, consejera de Salud Balear, o Patty Brennan directora de la National Library of Medicine en EE UU.
Ante situaciones como la actual pandemia de covid-19, las enfermeras son la primera línea de cuidado de los pacientes, puesto que disponen de conocimientos, habilidades y valores que las convierten en el perfil profesional más adecuado para cuidar a la comunidad. Son capaces de adaptarse a las necesidades de cada momento, e incluso de anticiparse a ellas, aplicar la mejor evidencia científica y gestionar incluso con escasez de recursos.
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