LA EMPRESA QUE OFRECE TRANSFORMAR A LO SERES QUERIDOS EN ABONO ORGÁNICO DESPUÉS MUERTOS
febrero 24, 20200
La empresa Recompose afirma que sus procesos de reducción orgánica natural ahorran más de una tonelada de carbono en comparación con la cremación o los entierros tradicionales. Y después de haber probado el proceso con los cadáveres de seis voluntarios, se apresta a ofrecer el servicio comercialmente.
El «compostaje humano» para funerales ecológicos cada vez está más cerca, con una empresa estadounidense que afirma estar lista para ofrecer el servicio comercialmente a partir del próximo diciembre en el estado de Washington.
La empresa, llamada Recompose, completó recientemente un estudio piloto con los cadáveres de varios voluntarios y dice que el proceso de transformar los restos humanos en abono orgánico se puede completar de manera segura en 30 días.
Según la compañía, el proceso permite ahorrar más de una tonelada de carbono, en comparación con las cremaciones o los entierros tradicionales.
Y en declaraciones exclusivas a la BBC,la directora ejecutiva y fundadora de Recompose, Katrina Spade, dijo que las preocupaciones sobre el cambio climático han hecho que numerosas personas ya hayan mostrado interés en ese servicio.
«Hasta la fecha unas 15.000 personas se han suscrito a nuestro boletín. Y la legislación para permitir esto en el estado de Washington recibió apoyo bipartidista, lo que le permitió ser aprobada a la primera», agregó.
«El proyecto ha avanzado así de rápido debido a la urgencia del cambio climático y la conciencia de que debemos corregirlo».
En el estado de Washington creen que el cuerpo humano puede ser el compostaje perfecto para jardines y cultivos en general. La idea, aprobada la semana pasada por el Senado estatal y a la espera de la firma del gobernador Jay Inslee, pretende convertir el compostaje en una alternativa al entierro o la cremación.
Detrás de todo este proyecto está la compañía Recompose, con sede en la ciudad de Seattle, que promete convertir el cuerpo humano en un fértil abono en tan solo 30 días utilizando distintas técnicas para acelerar la descomposición.
El método de Recompose, desarrollado por investigadores de la Universidad de Washington, consiste en seguir el proceso normal de compostaje, pero en el caso del cuerpo humano se le añade una mezcla de astillas de madera y otros ingredientes biodegradables. Lo que hace que microbios y bacterias termofílicas (que les gusta el calor) hagan su trabajo y aceleren la descomposición.
“Tenemos toda esta energía que muchas veces es quemada o sellada en ataúdes que podemos utilizar para ayudar a que la vida continúe”, comenta Nora Menkin, directora de People’s Memorial, una organización sin fines de lucro que provee servicios funerarios a personas sin recursos en Seattle.
También cree que hay un ahorro similar si se la compara con un entierro tradicional y se toma en cuenta el transporte y la fabricación del ataúd.
Proceso sencillo
Spade distingue entre «descomposición» y «recomposición»: lo primero ocurre cuando un cuerpo no ha sido enterrado y la recomposición describe un proceso de integración con la tierra.
Y según la directora de Recompose, la reducción orgánica natural permite evitar la liberación en la atmósfera de 1,4 toneladas de carbono en comparación con la cremación.
También cree que hay un ahorro similar si se la compara con un entierro tradicional y se toma en cuenta el transporte y la fabricación del ataúd.
«Para muchas personas, esta alternativa encaja con la forma en que tratan de llevar sus vidas. Quieren elegir un plan de atención de la muerte acorde con la forma en que viven», explicó.
Pero ¿cómo funciona el proceso?
La metodología piloteada por Recompose consiste en colocar el cuerpo en un recipiente cerrado que contiene astillas de madera, alfalfa y paja.
El cuerpo también se hace girar lentamente para permitir que los microbios lo descompongan de forma pareja.
Treinta días después, los restos están disponibles para que los parientes los esparzan entre las raíces de árboles o plantas.
Es un proceso sencillo, pero se necesitaron cuatro años de investigación científica para perfeccionar la técnica, tarea que corrió a cargo de la profesora Lynne Carpenter Boggs, una experta en suelos.
Legal en Washington
El compostaje de ganado es una práctica bien establecida en el estado de Washington, y la tarea de la profesora Carpenter Boggs fue adaptarla a sujetos humanos y garantizar que los restos fueran seguros para el medio ambiente.
Para ello realizó estudios piloto con seis voluntarios que habían dado su entusiasta consentimiento a la investigación antes de su muerte, lo que sin embargo no evitó que el trabajo tuviera un profundo efecto emocional en ella y su equipo.
«Todos nos interesábamos constantemente por el estado de los otros. Mi fisiología se sentía diferente, no dormía bien durante algunas noches, no tenía hambre, era una respuesta de angustia«, le contó a la BBC.
Durante su estudio, Carpenter Boggs descubrió que los cuerpos en recomposición pueden alcanzar temperaturas de hasta 55 °C.
«Estamos seguros de que se consigue destruir la gran mayoría de [organismos causantes de enfermedades] y productos farmacéuticos debido a las altas temperaturas que alcanzamos», expuso.
Recompose comenzará operaciones a finales de este año y cualquiera puede participar, aunque el proceso solamente es legal en el estado de Washington.
La legislación para permitir la reducción orgánica natural ya está siendo considerada en Colorado, y Spade cree que será cuestión de tiempo antes de que esté más ampliamente disponible en EE.UU. y otros países.
«Esperamos que otros estados recojan la idea una vez que comencemos en Washington. Y también hay mucho entusiasmo en Reino Unido y otras partes del mundo, por lo que esperamos abrir sucursales en el extranjero en cuanto sea posible», manifestó.
Se trata de una iniciativa que cada vez se ve como más viable en el país norteamericano como una forma de aportar al medio ambiente después de la muerte. La preocupación principal es hacerlo legalmente, porque en muchos países está prohibido disponer de restos humanos por fuera de cementerios o sitios de entierro autorizados, según publica la BBC.
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